Reflexiones sobre cómo puede afectar el uso de inteligencia artificial a la salud
Aunque suena a futuro, la Inteligencia artificial como disciplina científica nació en 1956 de la mano de cuatro investigadores: John Mcarthy, Marvin Minsky, Nathaniel Rochester y Claude Shannon.
Para ellos la Inteligencia Artificial «tiene como objetivo inicialmente la simulación con máquinas de cada una de las distintas facultades de la inteligencia, ya sea humana, animal, vegetal, sociales o filogenética.»
Con ello lo que se pretendía era que mediante la descripción exacta de funciones como aprender, calcular e incluso la creatividad artística se pudiese programar un ordenador para reproducirlos.
Y si, se han conseguido cosas, un ordenador ya ganó en una partida de ajedrez al campeón mundial en 1996.
¿Cómo se está utilizando actualmente la Inteligencia Artificial aplicada a la salud?
Actualmente se están realizando estudios con inteligencia artificial con el objetivo de poder descubrir analizándolo que comemos, bebemos, los medicamentos que tomamos, el ejercicio y el descanso que seguimos qué alimentación es la más adecuada para nosotros, de forma totalmente personalizada.
Las mediciones también incluyen niveles de glucosa y excrementos (para analizar la microbiota).
Cada persona es un mundo y la misma persona metaboliza la comida de distinta forma en distintos momentos de su vida.
Por eso manejando variables personales se cree que la Inteligencia Artificial puede ser clave para diseñar patrones que a esa persona le puedan servir para mejorar su salud.
La industria alimentaria posiblemente utilizará (ya están experimentando) la Inteligencia artificial para:
Analizar datos sobre el comportamiento de los consumidores, qué productos novedosos podrían tener éxito comercial y qué estrategias de marketing conseguirán más repercusión.
El uso de herramientas de Inteligencia artificial también podría ser eficaz en el sector del coaching y la motivación:
Analizando la forma de ser de la persona, lanzar las preguntas adecuadas para esa determinada personalidad podría tener efectos positivos sobre ella.
Podría considerarse una manera «más moderna» de conseguir lo que antiguamente conseguíamos a través de los libros.
En el sector de la nutrición y de personal training la Inteligencia Artificial podría utilizarse mediante el análisis de patrones de comportamiento y el seguimiento de las primeras semanas de programa para analizar si se deben cambiar variables del programa o incluso si el cliente no va a conseguir los resultados deseados.
Existen ya unos auriculares que supuestamente indican mediante Inteligencia Artifical qué entrenamiento realizar según la actividad que lleven, el número de pasos o el ritmo cardíaco.
En cuanto a la práctica deportiva parece que la Inteligencia Artificial podría ayudar mediante el análisis de estadísticas detectadas por cámaras y sensores futuras estrellas del deporte pero también futuras lesiones y cómo evitarlas.
¿Cómo podría utilizarse la Inteligencia Artificial en la salud?
La mayor dificultad que podría encontrase éste tipo de tratamientos es la cantidad de información de cada persona precisa:
Más de mil especies de bacterias intestinales, además de todos los factores que influyen en la salud de la persona, hábitos, historia familiar, aspectos psicológicos, su relación con la familia, su ambiente cercano, niveles de estrés etc.
Después viene otro gran problema, una vez me han dicho qué alimentos son los mejores para mi, ¿seré capaz de incorporarlos a mi dieta y descartar los que no me convienen?
Al igual que cuando acudimos a un entrenador personal o a un nutricionista todo depende de nosotros, y en salud no hay magia.