Vacunas y ejercicio físico

vacunas y ejercicio físico

Covid-19: Vacunación y ejercicio físico

Varios estudios realizados sobre atletas parecen indicar que el ejercicio físico podría aumentar la respuesta inmune frente a la vacunación.

Como ya vimos en éste artículo la actividad física puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades no transmisibles pero también sobre las transmisibles, como podrían ser las producidas por virus.

Según Harvard Medical School para mantener un sistema inmunitario saludable podemos empezar por aplicar los siguientes hábitos:

1- No fumar.

2- Llevar una alimentación alta en frutas y verduras.

3- Realizar ejercicio de forma regular.

4- Mantener un peso saludable.

5- En caso de beber alcohol, beber sólo con moderación.

6- Duerme suficiente.

7- Sigue los pasos adecuados para evitar las infecciones: lávate las manos de forma frecuente y cocina bien los alimentos.

8- Intenta minimizar el estrés.

De echo, realizar ejercicios de fuerza excéntrica que afecten al bíceps braquial y al deltoides horas antes de una vacunación podrían hacer que se desarrolle una respuesta de anticuerpos más fuerte que si descansa ese brazo, según algunos estudios pequeños.

La intensidad de los ejercicios de fuerza excéntrica por otra parte parece no influir en la respuesta de anticuerpos, es decir realizar éste ejercicio a mayor intensidad no se traduce en mayor número de anticuerpos.

En la época covid-19 parece cobrar especial importancia mantener un sistema inmunológico en buen estado y llevar un estilo de vida que nos proporcione mayores defensas frente al coronavirus (sin olvidar la importancia de el lavado de manos, la mascarilla, la ventilación y la distancia social).

Pautas sistema inmunitario

Uno de los colectivos que se han priorizado a la hora de vacunar durante la pandemia de la Covid-19 ha sido el de las personas mayores.

La edad conlleva cambios como la inmunosenescencia: deterioro gradual del sistema inmune provocado por el avance natural de la edad.

Éste se caracteriza por aumentar el riesgo por las infecciones, una reactivación más frecuente de los virus latentes, una menor eficacia de las vacunas y una mayor prevalencia de autoinmunidad y cáncer. 

El sistema inmunológico tiene algunas estrategias para adaptarse frente a los cambios provocados por el envejecimiento, mientras que en algunos entornos, las respuestas de mala adaptación agravan la velocidad del envejecimiento y la morbilidad.

La falta de actividad física, la disminución de la masa muscular y el mal estado nutricional facilitan la inmunosenescencia y la inflamación, por el contrario la actividad física y la alimentación saludable afectan de manera positiva al «envejecimiento inmunitario». 

¿Se obtienen mayores beneficios de la vacunación siendo personas más activas físicamente?

Para descubrir si existe relación alguna entre la actividad física y la respuesta inmune ante una vacuna se llevó a cabo un estudio que salió publicado en la revista Brain, Behaviour and Immunity.

Para el estudio se reclutó a 45 atletas de distintos deportes como maratón, lucha libre, baloncesto o bádminton durante la temporada y a 25 jóvenes sanos pero que no practicaban deporte.

Se extrajo sangre de todos los participantes y después se les vacunó contra la gripe.

Se les volvió a extraer sangre una semana después, dos semanas después y 6 meses después.

Tras la extracción se analizaron los niveles de anticuerpos y células inmunes ante el virus.

«El aumento más pronunciado de células T específicas y anticuerpos neutralizantes indica que la alta frecuencia e intensidad del entrenamiento mejoran las respuestas a la vacuna en los atletas de élite.«

Los atletas mostraron una «respuesta inmune más pronunciada», con presumiblemente mejor protección contra la infección por influenza que los otros jóvenes, dice Martina Sester, inmunóloga de la Universidad de Saarland y coautora del estudio en una entrevista publicada en The New York Times.

Los investigadores creen que el sistema inmunológico de los atletas estaba fortalecido por las mayores demandas físicas provocadas por el ejercicio, algo que les permitió responder de manera más efectiva a la vacuna.

¿Cuál es el tiempo óptimo desde la última vez que hemos realizado ejercicio si vamos a vacunarnos?

¿Existe un momento óptimo en el que debamos realizar ejercicio para que una vacuna nos genere mayor inmunidad?

En este estudio no encontraron diferencias entre la vacunación 2 horas después de la última sesión de entrenamiento vs 24/26 horas después.

Vemos que no hay diferencias entre horas pero vemos que:

«El ejercicio aeróbico regular o moderado en las semanas y meses previos a la vacunación Covid-19 puede ayudar a mejorar las respuestas de anticuerpos después de la vacunación en personas mayores, según investigadores del Trinity College Dublin»

Según los investigadores que desarrollan The Irish Longitudinal Study on Ageing (TILDA) las personas mayores de 60 años deben incorporar ejercicio de forma habitual, al menos 2 o 3 veces por semana antes de la vacunación.

Ésta recomendación viene dada por los efectos de la edad sobre el sistema inmunitario ya que:

 «A medida que las personas envejecen, disminuye la capacidad de producir respuestas de anticuerpos sólidas después de la vacunación; es menos probable que generen la protección a largo plazo que a menudo se requiere para una inmunidad total frente a un virus».

Un objetivo razonable según los investigadores del TILDA sería que las personas mayores saliesen a caminar esas 2 o 3 veces por semana a un ritmo que las pulsaciones suban un poco durante al menos, 30 minutos.